Chivita, querido amigo…

Sentimos que fue ayer el día que nos conocimos. Fue en San Agustín, hace poco más de 81 años. ¿Recuerdas?

Parece mentira. Pero cuando estábamos naciendo ya tú conocías Caracas, ya bailabas vals y merengue en las plazas, ya aupabas a Dalmiro Finol, Guillermo Vento y Luis Romero Petit… Eras un hombre cuando nosotros apenas soñábamos con crecer.

Estabas en la ciudad para nuestro primer juego. Y sabemos que recuerdas porque el tiempo pudo con tu cuerpo, pero nunca con tu mente y corazón, esos que siempre estuvieron invictos. 

Fue el 10 de mayo de 1942, a casa llena, con las gargantas caraqueñas elevadas al cielo. Es curioso que el 11 de mayo de 2023, 81 años y un día después de la primera vez para nosotros en un terreno, las gargantas otra vez griten al cielo, pero ahora para despedirte y desearte buen viaje.

Esta vez no es solo Caracas, es Venezuela completa y es todo aquel lugar en donde haya un fanático que, como tú, ame al beisbol de nuestro país.

La costumbre es lo que duele más. Y no comiences con tu echadera de broma, porque sabes que es así. No nos puedes culpar.

Estuviste con nosotros en cada uno de los 21 títulos, en cada victoria y derrota, viajamos juntos por todo el Caribe representando a lo mejor de Venezuela. Nunca nos dejaste, ni siquiera cuando tus pasos se volvieron lentos y el centenario de una vida te cayó sobre los hombros.

Demostraste que 100 años o más no son nada para un corazón que palpita con la pasión como combustible.

Como le pasó al Maestro Billo con Isidoro, seguimos pensando que este viaje tuyo no era necesario. Pero ya que estás encaminado, cuando llegues al estadio celestial, dales saludos a Baudilio y al Chico, a Casanova, Pompeyo, Tovar y Peñalver, a todos por allá.

Diles que nos dejaste con un título más. Relátales cómo los muchachos corearon «Chivita» mientras levantaban el trofeo.  Cuéntales que el febrero pasado más de 30 mil almas te cantaron cumpleaños durante la Serie del Caribe. Recuérdales que, como tú, son inolvidables.

¿Sabes qué se nos hace curioso, Chiva? Que tú siempre quisiste y pudiste. Naciste en donde muere el Orinoco, en el Delta. Fuiste en contra de su poderosa corriente para desembocar en Caracas y crear un mar entero de fanáticos y pasiones caraquistas.

Ahora nos toca a todos nosotros apuntar a las nubes para recordar que siempre estarás en el mismo cielo bajo el que juegue Caracas Baseball Club.

De Caracas BBC para nuestro eterno amigo, Jesús «Chivita» Lezama.